Prótesis de Rodilla

Prótesis de Rodilla
Prótesis de Rodilla

Las prótesis de rodilla son una excelente alternativa para las personas que no responden bien a tratamientos conservadores como son: reposo, rehabilitación, anti-inflamatorios, etc. Pero ¿Cuándo necesito una prótesis de rodilla?¿Qué tipo de prótesis de rodilla necesito?¿Qué requisitos médicos son necesarios para ser candidato a una prótesis de rodilla?

No te preocupes, todas estas preguntas y más, las responderemos a continuación.

La rodilla y sus componentes

La rodilla es la articulación más grande del cuerpo y está compuesta por:

  • La rótula.
  • El extremo superior de la espinilla (tibia).
  • El extremo inferior del hueso del muslo (fémur).

Los extremos de estos tres huesos están recubiertos por el cartílago articular, una sustancia suave que protege los huesos y les permite moverse con facilidad en la articulación.

La rodilla también está compuesta por:

  • Los meniscos: Se encuentran entre el fémur y la tibia. Estas cuñas con forma de C actúan como “amortiguadores” que protegen la articulación.
  • Los ligamentos: Los ligamentos grandes, mantienen juntos el fémur y la tibia y brindan estabilidad.
  • Los músculos: Los músculos largos del muslo son los que le dan fuerza a la rodilla.

Todas las demás superficies de la rodilla están recubiertas por una capa delgada llamada “membrana sinovial”, la cual libera un líquido que lubrica el cartílago y reduce la fricción casi a cero en una rodilla sana, la cuál, en necesario tener para hacer la gran mayoría de nuestras actividades diarias.

Si cualquiera de estos componentes presenta alguna lesión o enfermedad, puede provocar al paciente dolor, debilidad en los músculos y reducción de su funcionamiento.

¿Qué es una prótesis de rodilla?

Una prótesis de rodilla es una pieza sintética que, a través de una intervención quirúrgica, sustituye la articulación de la rodilla y permite al paciente recuperar la movilidad y estabilidad de la articulación. Este implante, es colocado en la estructura dañada y sustituye su función, permitiendo al paciente volver a mover la articulación, eliminando así el dolor que le causaba el daño.

Tipos de prótesis de rodilla

Existen varios tipos de prótesis de rodilla, las cuales se definen dependiendo de la parte de la rodilla dañada.

Cabe señalar que todos los modelos de prótesis pueden unirse al hueso de dos maneras:

  • Por fijación cementada: Se utiliza cemento óseo alrededor de la prótesis que, al fraguar, sujeta el implante al hueso. Tiene la ventaja de proporcionar una sujeción inmediata que permite movilizar al paciente tan pronto como éste lo tolere, independientemente de su calidad ósea. A cambio, el cemento puede ir degenerando con el paso del tiempo.
  • Por fijación no cementada: Las superficies de la prótesis se recubren de materiales porosos que imitan la textura del hueso y permiten que éste se vaya entremezclando con el recubrimiento, fijando así el implante. Tiene la ventaja de ser una fijación más natural que la proporcionada por el cemento, pero su éxito depende de las condiciones previas del paciente.

A continuación describiremos cada tipo de prótesis de rodilla:

Prótesis total de rodilla

Este es el modelo de prótesis al que nos referimos habitualmente cuando hablamos de prótesis de rodilla y que es con mucha diferencia el tipo de prótesis que más se requiere.

Durante la intervención se sustituye todo el cartílago del fémur y la tibia y además se corrige el eje de la pierna y la función de los ligamentos dañados.

Existen diferentes tipos de prótesis total de rodilla:

  • Prótesis CR (con retención de cruzado): Para su implantación no es necesario retirar el ligamento cruzado posterior. Ello hace que la biomecánica sea más natural y se conserva más hueso.
  • Prótesis PS (posterior estabilizada): Se usa cuando no es posible o no se desea conservar el ligamento cruzado posterior. La función del mismo se reemplaza mediante el uso de un poste que estabiliza la prótesis. Aunque consume más hueso, muchos cirujanos prefieren la fiabilidad que les ofrece una estabilización mecánica de la articulación.
  • Prótesis CS (cruzado sacrificado o ultracongruente): Se sacrifican ambos cruzados, pero la estabilización se logra con un polietileno más ajustado. Hace posible el utilizar una opción intermedia entre las dos opciones precedentes y confieren una estabilidad superior sin resecar el cruzado y con un menor consumo de hueso.
  • Prótesis de plataforma rotatoria: El polietileno no está completamente fijado a la bandeja tibial y permite cierto movimiento rotacional con respecto a la misma. Teóricamente, esto reparte los movimientos torsionales entre dos superficies diferentes, reduciendo el desgaste, el riesgo de aflojamiento y mejorando la propiocepción del paciente. Sin embargo, la poca experiencia clínica no permite dilucidar si todo lo anterior es cierto y, además, se introducen riesgos adicionales como el de luxación o el de posibles daños al polietileno.

Prótesis unicompartimental de Rodilla

Esta prótesis sustituye únicamente una de las dos partes de la articulación entre el fémur y la tibia; habitualmente la medial.

Los candidatos para esta intervención deben tener unos ligamentos íntegros, así como el resto del cartílago de la rodilla en buen estado.

La recuperación de esta intervención es más rápida que en la prótesis total de rodilla con una incisión menor, de unos 10 centímetros.

Prótesis constreñida o de revisión

Estos modelos de prótesis son reservados para los casos más complejos en los que el paciente carece de ligamentos íntegros o para los casos en que se tiene que cambiar una prótesis ya implantada por fallo o desgaste.

Es una cirugía algo más agresiva, pero su recuperación es similar a la prótesis total de rodilla.

¿Cuánto dura un implante de rodilla?

Es difícil calcular el tiempo de vida de las prótesis de rodilla, pues dependerá de la vida cotidiana del paciente. El desgaste que sufre el implante de rodilla es inevitable, aunque existen factores como:

  • Practicar deportes
  • Peso corporal del paciente.

Que desgastan rápidamente la articulación.

La causa de que una prótesis se desgaste, es que siempre deben incorporar un material de deslizamiento, sobre el cual se produce la fricción durante el movimiento de los huesos.

Datos revelan que las prótesis de rodilla tienen una vida de 15 a 20 años, sin embargo, hoy en día se ocupan materiales más resistentes, como el polietileno, por lo que se espera que un implante de rodilla dure de 25 a 30 años en la mayoría de los casos.

¿Cuál es el procedimiento para colocar una prótesis de rodilla?

Una artroplastia de rodilla o reemplazo de rodilla, más que en reemplazo como tal es una resuperficialización de los huesos, es decir, en vez de quitar todos o algunos de los componentes de la rodilla, solo se reemplaza la superficie de la misma.

Aunque existen varios tipos de operaciones, pues las necesidades varían dependiendo el paciente, hay cuatro pasos básicos en el procedimiento de reemplazo de rodilla:

  • Preparar el hueso: Las superficies del cartílago dañado en los extremos del fémur y la tibia se quitan junto con una pequeña cantidad del hueso subyacente.
  • Colocar los implantes de metal: El cartílago y el hueso extraído se reemplazan por componentes de metal que recrean la superficie de la articulación. Estas partes de metal pueden pegarse o fijarse a presión en el hueso.
  • Resuperficializar la rótula: La superficie debajo de la rótula se corta y se resuperficializa con un botón de plástico. Algunos cirujanos no resuperficializan la rótula, según cada caso.
  • Insertar un espaciador: Se inserta un espaciador de plástico de uso médico entre los componentes de metal para crear una superficie de deslizamiento suave.

¿Por qué es necesaria una prótesis de rodilla?

La principal razón por la que se coloca una prótesis es a causa de una artrosis de rodilla (gonartrosis), que es una enfermedad que va dañando la articulación.

Sin embargo, la causa más frecuente del dolor de rodilla crónico y la discapacidad es la artritis. Aunque hay muchos tipos de artritis, el dolor de rodilla ocurre, en su mayoría, por solo tres tipos: Osteoartritis, artritis reumatoide y artritis postraumática.

  • Osteoartritis: Este es un tipo de artritis relacionada con la edad y el desgaste. Por lo general, ocurre en personas mayores de 50 años, pero también puede ocurrir en personas más jóvenes. El cartílago que protege los huesos de la rodilla se ablanda y se desgasta. En consecuencia, los huesos se rozan entre sí, lo que provoca dolor y rigidez en la rodilla.
  • Artritis reumatoide: Esta es una enfermedad en la que la membrana sinovial que rodea la articulación se inflama y se agranda. Esta inflamación crónica puede dañar el cartílago y, con el tiempo, puede producir pérdida del cartílago, dolor y rigidez. La artritis reumatoide es el tipo más frecuente de un grupo de afecciones llamado “artritis inflamatoria”.
  • Artritis postraumática: Esta enfermedad puede ocurrir por una lesión grave en la rodilla. Las fracturas de los huesos que rodean la rodilla o los desgarros de los ligamentos de la rodilla pueden dañar el cartílago articular con el tiempo, provocar dolor de rodilla y limitar su función.

Otras razones son:

  • Determinados tumores óseos.
  • Algunas fracturas en que hay un gran daño del hueso subcondral.

Estos padecimientos hacen necesario un implante o prótesis de rodilla.

Top 4 Consejos para el cuidado de una prótesis de rodilla

Es muy importante tener ciertos cuidados una vez realizada la operación, esto con la finalidad de mantener en buen estado la prótesis:

  • En primer lugar, es necesario mantener sana la herida después de la operación, así evitaremos infecciones y complicaciones.
  • Una vez retomada la rutina habitual del paciente, es importante evitar los deportes de impacto, ya que ejercen presión en la prótesis y pueden provocar la sobrecarga de la articulación.
  • El paciente deberá controlar su peso corporal, pues a mayor peso, la articulación de la rodilla tendrá que soportar mayor presión de articulación de la rodilla tendrá que soportar mayor presión.
  • Se deben limitarse los movimientos bruscos con la rodilla intervenidas, es recomendable, evitar los movimientos y posiciones que supongan posiciones forzadas para la articulación.

¿Cuáles son las complicaciones tras la implantación de una prótesis de rodilla?

Tras la implantación de una prótesis de rodilla, solo un 2% de los pacientes presentan complicaciones, las más habituales están relacionadas con la aparición de infecciones que, en algunos casos, precisan de tratamiento quirúrgico.

Además, existen otros factores que están directamente relacionados con la prótesis:

  • Aflojamiento de la prótesis: El cual provoca dolor y, en algunos casos, puede ser necesario un recambio de la prótesis de rodilla.
  • Desgaste de la prótesis: Es normal que, al pasar el tiempo, ocurra, por lo que lo mejor sería reemplazar las piezas desgastadas, aunque claro, debe consultarse primero con un doctor.
  • Aflojamiento de la prótesis: Al igual que el desgaste de prótesis, normalmente ocurre con el tiempo; en este caso solo será necesario reajustar.
  • Rotura de prótesis: Aunque se presentan casos muy aislados, puede provocar un dolor muy severo.

Algunos pacientes, pueden experimentar una lesión de los nervios cercanos a la articulación, en casos en los que la deformidad que se corrige es importante, pero no es habitual.

También hay riesgo de infección en la prótesis de rodilla, la cual se produce cuando una bacteria llega a la superficie de la prótesis de rodilla. Si el sistema inmune del paciente no es capaz de eliminarla, las bacterias pueden crear un “biofilm”, es decir, un ambiente protector que las protege del sistema inmune y los antibióticos. En función de la agresividad de los microorganismos, la infección presentará mayor o menor gravedad.

Los tipos más comunes de infección de prótesis de rodilla son:

  • Infección aguda: Se produce por una contaminación bacteriana agresiva en el quirófano, y suele presentarse en las cuatro semanas posteriores a la intervención.
  • Infección crónica: En este caso, la infección, también, se contrae en quirófano, pero se puede manifestar desde la quinta semana posterior a la operación hasta uno o dos años después.
  • Infección hematógena: La infección se transporta, a través de la sangre, desde otra parte del cuerpo humano hasta la prótesis de rodilla.
  • Cultivos intraoperatorios positivos: Se detectan al retirar la prótesis por aflojamiento.

En caso de que aparezca una infección de prótesis de rodilla, normalmente se aborda con tratamiento antibiótico, pero es habitual, que sea necesario realizar una intervención quirúrgica, en la que se limpia y se aborda la infección desde dentro. En algunos casos, es necesario el recambio de la prótesis.

Beneficios de una prótesis de rodilla

Lo más habitual, es que antes de someterse a una intervención de prótesis de rodilla, el paciente se haya sometido a otros tratamientos sin obtener resultados.

Tras la aplicación de la prótesis, el dolor suele desaparecer en su totalidad, o transformarse en una leve molestia. El paciente, en función del estado que presentase antes de la operación, suele recuperar la movilidad de forma notable, y por tanto mejora su calidad de vida, ya que puede volver a realizar actividades de su día a día sin experimentar dolor.